La marca Namacheko, de Irak a Suecia pasando por las pasarelas de París
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"Siempre nos preguntamos qué habría sido de nosotros si nos hubiéramos quedado en Kirkuk". Dilan Lurr y su hermana Lezan, cuyos padres abandonaron Irak hace 20 años, estarían seguramente muy lejos de las pasarelas parisinas donde este viernes presentaron su primer desfile.
Esos dos jóvenes creadores suecos de origen kurdo integraron esta temporada el programa de la Fashion Week masculina en la capital francesa con su marca Namacheko, creada en 2015.
En su país natal, sus primos luchan contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), y estos jóvenes diseñadores no han olvidado en absoluto la ciudad iraquí que abandonaron rumbo a Suecia.
Namacheko es una "forma de expresar nuestros sentimientos sobre nuestro pasado", explica Dilan, de 28 años, a la AFP.
Su primera colección es una reflexión sobre su vida entre Suecia y Kirkuk, una ciudad del norte de Irak controlada por los peshmergas -combatientes kurdos- desde que las fuerzas de Bagdad se retiraron de ahí en 2014 ante el avance del EI.
"Hablamos mucho con nuestros primos ahí, están asombrados por la forma en la que vivimos", dice Dilan. "No hemos dejado de viajar entre Suecia, Bélgica y París por nuestra colección, y no se pueden creer que uno pueda circular así de un país a otro".
Itinerario personal
Su primo Herresh, al que hicieron posar como modelo en un vídeo grabado por Dilan en medio de los campos petrolíferos que rodean Kirkuk, lucha ahora contra el EI.
"Nos damos cuenta de nuestra enorme libertad al hablar con nuestros primos", dice el joven modisto. "Cuando nos acercamos al frente, nos sorprendió ver el número de hombres de 50 años y más que combatían", recuerda.
"Uno se imagina unos peshmergas muy en forma, muy entrenados, pero hay muchos padres y abuelos que van ahí durante tres días y luego regresan a su casa durante una semana".
Su colección incluye cazadoras inspiradas en las que visten los peshmergas, pero no son verde oliva sino blancas.
Los Lurr señalan, no obstante, que sus creaciones, en seda y cachemir, son sobre todo la expresión de su itinerario personal, de la forma en que "se adaptaron a Suecia".
Lezan recuerda el momento en el que, recién llegada al país nórdico, sus padres la enviaron a una escuela cristiana, donde la Biblia se convirtió en su "libro favorito". "Era la única musulmana ahí y, sin embargo, me encantaban esas historias. Mis padres estaban muy contentos e incluso me la leían. Eran muy abiertos y liberales con nosotros".
A pesar de sus inquietudes sobre el exilio y la identidad, las influencias kurdas sólo aparecen como pequeños toques en la ropa de Namacheko. "Algunas personas las ven, otros no", asegura Dilan. "No quiero que sea una colección de Oriente Medio", zanja. (AFP)
Foto's:Namacheko. Credit: Catwalkpictures.com